martes, 15 de febrero de 2011

Menos 15

La verdad, no sé como empezar... Alguno por ahí diría que hay que empezar por el principio, eso está claro. En mi caso, creo que voy a empezar por el final. El final de mi aventura laboral en España.

Y es que después de mucho tiempo luchando en el mercado laboral español, tiro la toalla. Son muchos años (desde el 99, si no me falla la memoria) luchando por un trabajo digno, reconocido y pagado como corresponde, ni más ni menos.

Pero lo que a priori parece justo e incluso lógico, no es fácil de conseguir. Qué os voy a contar. Y más, en el país de la titulitis. Tengo la desgracia (culpa mía, sin duda) de ser geógrafo. Una de las profesiones menos reconocidas en España y quizá, más vocacionales.

En mi última empresa, ser geógrafo era un problema. Da igual que tengas trabajo que hacer, que lo saques adelante, que aprendas rápido, que seas polivalente. Eso da igual. Eres GEOGRAFO, un pecado mortal. A quién se le ocurre, pudiendo ser ICCP, ITOP o algún otro acrónimo que empiece por "I".

Así, un 15 de diciembre (para poder tener Navidades escolares, claro) vuelvo a meterme en esa espiral de despido, indemnización, desempleo, búsqueda, por qué te despidieron, qué le vamos a hacer, todos estamos igual, CRISIS, reciclaje, pensiones, cotizaciones... A menudo, uno piensa que debe haber algo mejor, que no se puede vivir con una crisis cada 7 u 8 años, que existirá algún lugar donde se valore al trabajador, donde se puedan tener hijos, donde no sea un problema ser joven ni viejo, ni hombre ni mujer...

Nosotros hemos apostado por Noruega como ese lugar donde vamos a intentar vivir y no sobrevivir, donde vamos a trabajar y no a esclavizarnos, donde podremos ser tratados como personas y no como números, donde la igualdad se lleva a la práctica y no se convierte en una utopía. Seguro que estáis pensando que en todos lados cuecen habas, y que todo no puede ser tan bueno. Pero nosotros nos quedamos con lo bueno por conocer, con el ciento volando, y dejaremos atrás, no sin pena, este país que una vez nos formó, que una vez invirtió en nosotros, que permite que el empresario arrase con derechos y personas, que asfixia a los preparados y premia a los listillos y a los trepas. Nos da asco y nos vamos.

Menos 15. Dos semanas para terminar papeleos e historias y buscarnos la vida. Empezaremos de cero, pero con una ilusión que nadie en España podrá quitarnos. Es duro pero reconfortará, lo sé. Seremos inmigrantes sin maleta de cartón, con un idioma indescifrable por aprender y un portátil y unos libros como único legado y nexo con lo que dejamos atrás. Sin más pretensiones os iremos contando cómo vemos la aventura que en menos 15 empezamos.