jueves, 3 de marzo de 2011

Más 1

Sí, más uno podría ser la temperatura que hay por aquí. Pero no, como adivináis, es el primer día completo de nuestra andadura en Noruega.

El día de ayer fue muy largo. Virginia y yo arrancamos con ese cosquilleo que se tenía antes de hacer un examen. Después de un momento de locura de pasar y repasar todo lo imprescindible que debíamos llevarnos, salimos para el aeropuerto.

La terminal 1 de Barajas bullía en el frenesí que nos tiene acostumbrados. Gente yendo y viniendo, voces, carreras y controles de seguridad a pleno rendimiento. El primer tropiezo lo tenemos con el cargamento de chacinas necesario para los momentos de morriña. El guardia de seguridad le mete mano al lomo y al chorizo ibérico envasados al vacío y a la tartera de jamón de Trévelez. Lo palpa con interés, intentando descubrir un arma de destrucción masiva, y al final da su visto bueno. Respiramos tranquilos...

El vistazo al panel de vuelos nos dice que el nuestro con Ryanair destino a Oslo-Rygge tiene la puerta de embarque C-36. Nos incorporamos a la cola de resignados viajeros de aerolinea lowcost y esperamos religiosamente el turno. El vuelo de 3 horas y media no da más problemas que las contínuas interrupciones para vendernos comida y bebida (4 ocasiones), cigarrillos sin humo (2 ocasiones), rasca y gana (2 ocasiones), productos duty-free y alguna que otra tarjeta teléfonica.

A las tres en punto, como estaba prometido, aterrizamos en Rygge. Un mar de nubes se confunde con la nieve que se deja ver en algunos crestones montañosos que se atreven a romper esa barrera de algodón. Lo primero que piensa el españolito de a pie es cómo va a aterrizar un avión en esas pistas llenas de nieve y hielo. Pero va, y aterriza. Y lo segundo que piensa el mismo españolito es, que con tanta nieve, en Madrid estaríamos hablando de catástrofe, nevada sin precedentes, temporal y depuración de responsabilidades. Ahí fuera, la vida simplemente seguía su curso.






Recogemos nuestro equipaje en la cinta (por cierto, en tiempo record) y nos diponemos a esperar el embarque del vuelo que nos llevará a Bergen con la compañía Norwegian. Aprovechamos para sacar unas cuantas coronas noruegas y comprar algo de comida en la cafetería. Asomo la gaita a los exteriores del aeropuerto y compruebo cómo sientan a mi cuerpo serrano los aires a temperatura de menos muchos de Escandinavia. Me lleno de orgullo al comprobar que el abrigo Columbia que me regalaron mis amigos en la despedida funciona a las mil maravillas y que soy capaz de aguantar lo que me echen.

Ahora llega el nuevo control de seguridad, donde un guardia noruego con una educación exquisita nos pregunta qué es todo ese material cilíndrico que llevamos en la maleta. Tras comprobar con envidia que se trataba de productos ibéricos y resolver otras dudas pintorescas de nuestro equipaje, nos da el visto bueno. Ale chavales, a navegar con la wifi gratis del aeropuerto.

La sala de embarque parece una biblioteca. Todo el mundo habla en susurros y nadie da una voz más alta que otra. Empezamos a darnos cuenta de que los escandinavos son verdaderamente civilizados.

El vuelo va medio vacío, con lo que nos instalamos a nuestras anchas. El azafato al que podríamos denominar como el "Jude Law de Oslo" apenas da la brasa y se recuesta en el primer asiento esperando el aterrizaje. Admiramos el paisaje de fiordos y montañas nevadas que se ve por la ventanilla y sin darnos cuenta, llegamos a Bergen.

Tras recoger el equipaje que sale por la cinta rebajando el anterior record de Oslo, tomamos un taxi hacia nuestro destino. Son apenas las 7 de la tarde y ya es noche cerrada. Desde el Mercedes clase E se aprecia que en Bergen no hay nieve por las calles, pero sí se ve por las montañas circundantes. En apenas 20 minutos llegamos a nuestra casa, localizada en un precioso barrio de casas de madera del XIX.

Nuestro alojamiento es muy acogedor y rápidamente nos sentimos como en casa. Cae aguanieve y no me resisto a bajar a hacer un poco de compra al supermercado "SAFARI" que hay a un par de calles. Allí compruebo lo poco que cunden las coronas noruegas, pero también que tienen todo tipo de productos y de muy buena calidad. Cenamos algo de salmón y pan de centeno y nos vamos rendidos a la cama.

El día amanece nublado. Después de desayunarnos en casa, salimos a dar una vuelta. La ciudad luce preciosa y da gusto caminar por las callejuelas que desembocan en el famoso barrio de Bryggen.



Sin querer, nos vamos adentrando en la ciudad, que nos fascina. Después de localizar dónde están los principales servicios, decidimos comer algo ligero y curiosear algunas tiendas. Abundan las librerías, los restaurantes y las tiendas de moda, pero sobre todo nos llama la atención la alegría e intensa vida de una ciudad que a priori esperábamos más apagada.

Al atardecer y con la lengua fuera, volvemos a subir todas las cuestas que nos devuelven a nuestra acogedora casita de madera, donde cenamos un poco y nos vamos a dormir.

En la próxima entrada os contaré qué tal en las dependencias del NAV, organismo noruego que se encarga de combatir su casi inexistente desempleo.






9 comentarios:

  1. horabuena!!!! Por haber tenido un buen par al dar este paso y por tenerme tan enganchada con vuestro blog!!! A este paso se convertirá en uno de mis libros preferidos! Ya espero con ganas leer vuestro siguiente capítulo.....
    Un besazo enorme desde la tierruca,

    E.

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  2. Perdón si sale varias veces el mensaje pero no atinaba a enviaros el comentario... Jajaja!!!!
    Más besucos!!!

    E.

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  3. Bueno, pues de momento todo pinta bastante bien ¿no? Veamos que tal van las cosas con temas más escabrosos, como los temas de bancos, organismos oficiales, Seguridad Social, cursos de idiomas, y sobre todo: La busqueda de empleo.
    Estoy deseando saber más, que ya sabes que como la experiencia sea fructífera, tardo poco en hacer las maletas ^_^
    Un saludo, vecino!!!

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  4. Jajajjajaj! Yo tambien tengo ya la maleta fuera!! Por favor, seguid contando vuestras andanzas que estan muy interesantes y no veas que bien sientan estos paseitos por Noruega ;).
    xxx

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  5. Me alegra que hayais tenido una feliz llegada! Ya soy fan de vuestro blog! espero que todo os siga yendo muy bien y que nos volvamos a ver pronto... si puede ser RICOS!! UN ABRAZACO

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  6. Muy Buenas. Me alegra un montón que vuestra llegada y el primer contacto os allá ido estupendamente. ¡Pero qué Bien! Esa casita de madera debe de ser una maravilla.
    Como fan “Number One” de vuestro blog, espero que en el siguiente capítulo os vaya tan bien ya en los temas burocráticos.
    Muchos Abrazos

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  7. Genial! Las primeras impresiones siempre son buenas, el instinto no suele fallar, que siga todo igual de bien y mejorando.
    Muchos besos. Liz y demás.

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  8. Hola pareja!! Disfruto siguiendo vuestra aventura vikinga y tengo el presentimiento de que vais a encajar en Bergen como la última pieza del puzzle jajajajajjaja.
    Mis chicas y yo os mandamos un saco de abrazos y besitos...jejejeje

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  9. Hola parejita!

    Mucha suerte en vuestra nueva andadura.

    Sois mis heroes! Siempre he querido ser una "Española por el mundo" y más en ese "mundo"...

    Heldig!

    Cristina

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